Luego de que mi prometida se diera cuenta que no me quería y que no se quería casar conmigo desperté del letargo en el que estuve durante tres años. Al cual llegué luego de vivir en mi zona de confort, cual garrapata gorda llena de sangre, que no se mueve, ni crece ni evoluciona.
Olvide que yo era un ser que tenía cierta perspectiva de la vida. Qué era un tipo solitario, pero que disfrutaba de mi soledad. Que yo era yo. Que no necesitaba depender de alguien para ser feliz. Que la felicidad residía en mí, dentro de mí.
Recuerdo que alguna vez dije que el objetivo de estar vivo era el ser feliz, que la felicidad era una sensación que iba y venía, que el objetivo era alcanzarla, dejarla ir y volver a buscarla.
Había olvidado eso.
Olvidé que yo decía que Dios siempre dejaba fluir las cosas, y que yo sólo tenía que esperar pacientemente a que todo tomará su cause natural y que todo volviera a fluir.
Olvidé que amaba a Dios.
Solía pensar que la felicidad estaba esparcida por el mundo y que tenía diversas formas. Que la alcanzas y luego se desvanece. Pero que siempre la puedes alcanzar de nuevo.
“A veces venía con un proyecto y con el producto de éste: Voy a estudiar una carrera, voy a escribir una poesía, me voy a titular, voy a aprender un idioma”
Cuando termine mi carrera me sentí feliz, logré el objetivo que buscaba. Encontré un trabajo y me sentí feliz. Que a la entrada al trabajo te digan Ingeniero Pável era chido, que pasarás 16 horas seguidas trabajando durante semanas no era algo muy feliz. La felicidad de ser ingeniero se desvaneció, o al menos cambio de forma.
Estudié un idioma, sí inglés, pinche idioma pinchurriento. Fue bonito ver que me podía comunicar con gente con culturas muy diferentes a la mía, fui feliz. Pero hacer traducciones técnicas de un manual o una lista de equipos no es algo muy feliz. Hablar otro idioma no era la gran cosa.
“A veces la felicidad viene con la compañía de las personas, tus amigos, tu familia”
Mis padres me aman más que a nadie y procuran por mí. Soy feliz!... también se meten en mi vida y me hacen cada cosa que a veces dudo que sean mis parientes… la felicidad es intermitente. Odio a mis hermanos, y luego los vuelvo a amar. Me rió con ellos toda la tarde, y luego quisiera matarlos. Felicidad intermitente.
Me hace feliz estar con mis amigos. Pero que gacho se siente cuando tu pagas la cuenta, y se supone que era tu cumpleaños el que se estaba celebrando! La felicidad viene y se va.
“A veces, la felicidad, viene con el amor de una persona, con esas ganas de sentir que le perteneces a un grupo, que le perteneces a alguien, y que ese alguien procura por ti, que alguien te pertenece y que procuras por él.”
El amor da felicidad, pero también tormento. Porque ambas personas buscan ser felices, pero sus conceptos de que los hace felices son diferentes y a veces incluso totalmente contrastantes.
Ella: Me gusta que llegues temprano a mis citas!
Él: Me gusta sentirme libre y poder llegar cuando quiero!.
CONTRADICCIÓN
Ella: Me gusta que propongas que vamos a hacer juntos. Y yo no disponga, por lo tanto, a mi antojo de tu tiempo.
Él: Me gusta darte mi tiempo y ver que pasa.
CONTRADICCIÓN
Ella: Me gusta ver a mis amigas.
Él: Me gusta que estemos juntos todo el tiempo.
CONTRADICCIÓN.
Felicidad intermitente.
Me hace feliz estar contigo… pero a veces es insoportable!
La felicidad es un fenómeno intermitente. Lo había olvidado.
Lo recordé y me sentí muy bien. Lo volví a olvidar durante un tiempo nuevamente.
Pero lo volví a recordar ayer mientras platicaba con Ciel luego de ir a ver donde va a vivir.
La felicidad de que ya va a tener su propia casa y espacio se disolvió en la idea de que la zona apenas se está habitando y en mis comentarios faltos de euforia al ver la zona.
La felicidad de que mi actual pareja tuviera algo que había pedido siempre, las ganas de hablar y de decirme lo que piensa, se disolvió cuando empezó a decirme que le molestaba mi actitud criticona y que recordara que anteriormente llevar a cabo proyectos como éste le eran más fáciles pues contaba con otra entrada de dinero, entrada innombrable.
Se disuelve cuando me dice: Te quiero y eres muy listo, pero me choca cuando eres vano. Porque a veces eres muy vano e incongruente. jajaja! Me dice lo que piensa! Soy feliz de compartir con ella. Es lo que siempre pedí, lista, divertida, jovial, tierna pero con caracter... jajaja pero la felicidad es intermitente.
Soy feliz. Intermitentemente.
Jajaja… la vida es así. Y así amo a la vida. Agradezco ahora recordar lo que pensaba.
Viva la intermitente felicidad!
Soy libre y soy feliz... por ahora.
2006-10-11
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2 comentarios:
y matematicamente cómo lo explicarías??... jejeje es broma.. y una buena manera de hacer ver la hilaridad de un dios jugando con nuestros sentimientos...
saludox
jajaja!
Amiga, gracias. Eres la única que deja comments en mi blog.
Matematicamente... con una función escalón... no?
Dios jugando con nuestros sentimientos... oh mi buen Dios... se ha de dar unas divertidas conmigo... me cae.
Saludos
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