2017-06-26

Recuerdos

Estimado Miguel Zaid:

La siguiente carta no tiene orden ni partitura, es como siempre, una necesidad de hablar, y sacar de adentro (¿de dónde más Pável?) una idea que podría durar más que el cuerpo que la crea.

Es mentira que deje esto de escribir porque pasó de moda (los blogs pasaron de moda hace unos años y ahora todos andan dispersos en... no tengo idea donde).

Deje esto de escribir porque perdí mi libertad (Gracias por contestar preguntas que nadie hace querido Pável)

Por razones que no voy a describir detalladamente (mismas razones que robaron originalmente mi libertad) yo cedí eso de ser libre en nombre del amor. Originalmente escribí "en nombre de algo que yo consideraba amor" como siendo despectivo. Pero la verdad es que todo el amor es bonito y bueno, a pesar de que uno no sepa amar y vaya aprendiendo a base de golpes y verdaderos trancazos (algunos los recibes y otros los das). 

Muchos vendrán y te dirán que saben amar, pero no es cierto, no saben ni amarse a ellos mismos! Se arruinan la vida con boicots tan torpes como que la tarde los entristece, o repiten hasta el cansancio que no tienen miedo de dejar de ver a alguien que admiran cuando en realidad, se mueren de miedo. (Espero que Pável tenga un punto porque no ha dicho nada más que porque ya no escribía)

No soy un escritor por supuesto y el mundo puede sobrevivir sin mis dedos sobre las teclas. Pero escribir me hacía sentir libre, decir las tonterías que me vienen a la mente o crear mis historias me libera. Los que escriben me entenderán y sé que  tú me entiendes. (Cuando niño no entendía porque los escritores usaban seudónimos. Por qué no dejar tu nombre en los libros que escribes?! Ahora entiendo que les faltaba libertad)

Esta carta no tiene orden ni partitura, ni comas, ni puntos. Lo sé.

Esta carta sólo tiene un objetivo: agradecer.

Esta carta también tiene una duda: a quién?

A quién agradecer las ganas de escribir?! El deseo de mirar el cielo, de esperar el próximo encuentro, de enfrentar la realidad de la vida y decir la verdad a pesar de que no sea tan dulce como la mentira. A quién agradecer la imagen de una mujer que sostiene un libro de Murakami sobre sus piernas mientras sentada, frente a una pista de hielo, espera?!

Podría agradecerle a la vida, o a Dios. Podría darme a mí mismo las gracias por sentir (digo nadie me hace sentir, yo lo hago). Podría agradecerte a ti.

Escojo agradecerte a ti. Estimado Catalizador de Jerseys calurosos y palabras que terminan con N, a ti vaquero de caperuza roja y de colores con olor, a ti y a tus pasteles que saben a confeti, a ti y a tus ochos morados, a ti y a tu melancolía que lleva zapatos de tacón y moños de colores.

Gracias (Tantas letras para decir Gracias?!... pff)

Pável




FIN

Nota Pérez1: Mi reino por caminar de nuevo por ese callejón empedrado y empinado con tu mano en mi antebrazo.

2017-06-13

                                
Lerma Estado de México, Junio, 2017
Miguel Jours:

Las historias más memorables ocurren siempre sin aviso, dicen. Yo te encontré por la misma causa por la que aparecí en este universo: por casualidad. Decir que te encontré es un decir, porque estoy seguro que tú sigues buscándote y que esa búsqueda, por desgracia o fortuna, nunca va a terminar.

¿Sabes? Me gustaría enamorarme de ti tres veces. Aparecer en tus sueños e importunarte. Conocer así, tres veces el infierno y tres veces el cielo. Por ti y porque sí. Por casualidad. Por casualidad, sí, por casualidad dije… anáfora.

Me gustaría necesitarte, no como si fueras aire, que lo eres, más bien, como si fueras la más hermosa pintura de un artista que no pudo pintar más. De esta manera, explorar tus lunares cada que te miro, los cuales nunca serán míos, lo son mientras los cuento… oxímoron.

Me gustaría asfixiarte con preguntas y hártate de estar cerca. Me gustaría que me odiaras, para que así fuera difícil que me olvides. Preguntarte preguntas y escuchar las respuestas que me respondes… redundante cacofonía.

Me gustaría recorrer la sensualidad de tu cabeza, no hablo de tus pelos desalineados, ni de los listones que te colocas como si fueras un regalo, hablo de las ideas torcidas y mezcladas que nacen ahí y que pares con tus letras o palabras. Te lo he dicho antes, “no hay nada menos sexy que la falta de imaginación”… cita textual de palabras huecas.

No entiendo. Mi corazón no busca recorrerte y de entre tus ropas recoger los recuerdos de los cuerpos desnudos porque esos recuerdos se marchitan. No entiendo. Mi corazón busca recorrerte con preguntas que siempre buscas acotar, quiero pues saber de ti y de tus ideas, recolectar los recuerdos que brotan como flores de tus ideas desnudas… metáfora.

Entiendo que es más fácil desnudar un cuerpo, por instinto o porque sí, pero la mente-corazón no se desnuda de manera simple o para saciar un apetito. Falta más que alcohol u otra sustancia para que logres abrir tu mente, corazón… calambur.

Pero sobre todo… me gustaría poder inventar figuras retóricas y hacerte sonreír, o al menos palabras para que disfrutes de las letras y de esa forma, te robe el corazón en cada sonrisa, hasta el día que sea imposible que me olvides… y así, estemos a mano.



Saludos,

Pável Pérez


P.D.: Disculpa si no empiezo con saludos, pero sabes que soy mal educado y muy viejo para enderezar el tronco.