2009-09-01

196 Carta a mi vida.

Un día despiertas y apagas el molesto despertador con una mueca, una rara mueca acomodada en un rostro amodorrado. Ya no piensas en la magia de los sueños. Ni en la fortuna que tienes de poder soñar.

Te bañas, no reparas ni un instante en la mágico que es para millones de personas tener agua caliente, un jabón aromático y una toalla limpia.

Te vistes y haces planes con tu día, te despides de tu mujer y vas directo a la oficina, arrogante dejas la mitad del desayuno... sin la mínima culpa.

El fin de semana hay cosas que comprar... debes apresurarte para llegar a tiempo, debes apresurarte para salir temprano, debes apresurarte, qué haré con mis vacaciones?, como debo llamar a mi hija?, miles de pensamientos se mezclan entre semáforos y autos llenos de gente extraña.

De la nada, aparece un hermoso auto convertible conducido por un torpe atolondrado que tiene prisa de vivir, prisa! rápido! qué no hay tiempo!!!

Los destinos de dos tipos extraños se mezclan... en una fracción de segundo se vuelven conocidos, en otra fracción la relación se vuelve más estrecha, incluso sus cuerpos se tocan entre fluídos intimos tan intimos, tan propios... fluidos rojos, no es rojo pasión, es rojo muerte. El final de ese segundo dejan de ser dos desconocidos, que habrían podido pasarse la vida entera ignorando la existencia del otro, y se convierten en víctima y verdugo.

Dejan de ser extraños y se vuelven el destino el uno del otro.

Sabes vida? Así fue mi vida.
Prisa, prisa, prisa.

Sabes vida? Se me fue la mia.
Y nunca llegue a tiempo a mis citas.

Sabes vida? Olvide la magía de estar vivo... y merecí morir?

Dime vida: viví bien?
- aprendí?
- valió la pena?

Es la vida sólo un fracción de luz entre dos inmensos oceanos de oscuridad?
Es la vida sólo eso? Un existes y luego un "te vas!"?

Cómo habría despertado si hubiera sabido que sólo soy un instante?
Cómo me habría bañado sí hubiera entendido que no soy eterno?
Cómo debí haberme despedido de mi mujer si hubiera recordado que siempre hay un luego, pero una vez, no hay después?
Cómo debí haber vivido?

Tuve una vida para averiguarlo y hoy sólo tengo una eternidad para suponerlo.


FIN


Nota Pérez1: Siempre ha abusado de los puntos suspensivos, hoy pongo un punto final, y recuerdo lo que le oí decir a Sabina: "No hay punto más triste, que el punto final que no va seguido de dos puntos suspensivos"

Adiós!

Saludetes


UPDATE:
Este... siempre no cierro el blog... no se... tal vez melancolia... tal vez otra cosa... tal vez...
Está historia continuará...